sábado, 21 de septiembre de 2019

Ey tú...Hilde del futuro

¿Cómo es que cambiamos tanto con el paso del tiempo?
Ayer me encontraba en lo que actualmente es mi habitación, haciendo una limpia de todo lo que ya no uso o necesito más. Me monté en una escalera y bajé del closet todas las cajas y cochinero que encontré, abrí las puertas de abajo y me metí a fondo sacando ropa y más cajas. De pronto, me encontré a mi misma sentada en el piso, rodeada de cochinero, abriendo cada una de las cajas, viendo fotos, cuadernos, discos... recuerdos. ¿En realidad necesito todo esto? encontré cosas que ni siquiera sabía que tenía, pero al tener que tomar la decisión de tirarlas, me costaba un poco de trabajo y terminaba cuestionándome si en algún futuro no me harían falta, mientras que la otra mitad de mi cerebro me decía "pero como crees que te van a hacer falta, tienes mas de cinco años sin usarla o sin verla, ni siquiera sabías que las tenías" y es verdad, después de un rato caí en cuenta que era lo que estaba pasando.
No era que yo creyera en realidad que en algún punto todo eso me iba a servir, era pura y simplemente... nostalgia. Me senté y duré horas, leyendo cartas, leyendo escritos de libros que había escrito desde la secundaría, cartas de amigos desde la primaria. Para mi esos era tesoros, una parte de mi vida, una parte de las personas que me han querido y que yo he querido, ¿por qué es tan difícil despegarse de algo que ni siquiera recordabas que estuvieran ahí?
Mientras leía escritos míos, poemas, pensamientos, me di cuenta lo mucho que podemos cambiar, de lo mucho que podemos madurar... pero sobre todo, lo mucho que podemos seguir siendo nosotros mismos y conservar en nuestro cuerpo adulto la esencia del joven de quince años que escribió esos versos para nuestro yo del futuro para recordarnos: "Ey, aun hay algo de mi en ti"

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